¿Hacia dónde va la educación en las universidades?
El pasado año 2017 se escucharon varias voces sobre el futuro de las universidades y la educación que estas impartirán en los próximos años en especial a los futuros estudiantes que pertenecen a una generación de la que no se tienen precedentes y que apenas se está aprendiendo su conformación, forma de pensar, de actuar, de interactuar, de sentir y de comportarse individual y colectivamente.
Fueron varios los congresos y reuniones alrededor del mundo en torno a esta temática; en Italia se realizó la “Segunda Conferencia internacional sobre el futuro en la Educación”, a nivel latino americano se realizó la IV edición de “Innovación Educativa” en México, en Colombia se realizó “Virtual Educa” y la universidad Cooperativa de Colombia realizó el congreso “El futuro de las universidades”; los resultados fueron no sorprendentes considerando que la temática de por si implica un gran nivel de especulación ya que se están es prediciendo modelos educativos y modelos de negocios en educación.
No es sorpresa el saber que la generación actual de jóvenes es muy diferente a la que le precede, en casi todo sentido y que la tecnología ha afectado en gran medida el desarrollo y comportamiento de las nuevas generaciones. Lo que sí es sorpresa es que la gran mayoría de universidades crean que la tecnología es la que ha afectado negativamente a la educación; tecnología siempre ha existido en mayor o menor medida, lo que sucede es que ahora estamos en una mayor medida y el ritmo acelerado de vida no permite tal vez disminuir la velocidad para observar y analizar lo que está sucediendo. Es gracias a la tecnología que la brecha educativa se ha disminuido sustancialmente y a la vez ha permitido el desarrollo de los modelos educativos.
En Colombia son muchas las posiciones respecto a este tema y muchas son encontradas; especialmente porque el “negocio” en que se convirtió la educación no acepta que vayan a realizarse cambios precisamente porque se afecta ese “negocio”; tal vez si las personas dueñas de las instituciones, accionistas y socios aceptaran que se necesita es desarrollar un modelo de negocio las cosas no serían tan preocupantes.
Hay un cambio en los modelos educativos, en la forma en que se enseña y aprende, y en las nuevas generaciones; prepararse no es solamente implementar tecnología en las instituciones para seguir impartiendo los mismos contenidos con la misma metodología tradicional; se están creando comunidades que también están educando y de una forma diferente en muchos aspectos – pedagogía, tiempos, contenidos, etc -, hay ofertas educativas a precios muy bajos y con tiempos no superiores a un año de estudio, hay educación virtual y por supuesto hay nuevas labores y profesiones que requieren una enseñanza diferente.
La internet es en realidad el gran reto para la educación y las universidades; la sociedad en si debe ser observada y analizada ya que los estudiantes y los que serán estudiantes están viviendo un cambio de época, y la forma en que la transmisión de conocimiento les llega es diferente y eso no se está teniendo en cuenta.
Cada día se crean nuevas instituciones con nuevos modelos educativos y ofertas académicas, esto hay que aceptarlo así como la realidad que habrá público para todas y cada una de ellas. Las universidades no deben concentrarse en el futuro y prepararse para él, deben es tomar medidas inmediatamente porque todo ha cambiado y hasta ahora se están preocupando por ello, esto es ilógico; los docentes son pieza esencial para poder lograr esto pero no exigiendo que sean tecnológicamente expertos, sino escuchándolos sobre cómo han cambiado las aulas y los alumnos y que se necesita hacer, porque al final sin importar cuanta tecnología se desarrolle ni cuanto cambie la sociedad, siempre se va a necesitar que las instituciones educativas formen seres humanos, ciudadanos con habilidades humanas y conciencia del impacto que generamos en este planeta.